Cuando los racimos han alcanzado 11,5º de alcohol probable, las uvas son cosechadas por la mañana para conservar los aromas y sabores típicos la variedad. Una vez en la bodega, la uva es sometida a una rigurosa selección, desechando las bayas y los racimos defectuosos. El proceso de fermentación alcohólica dura 15 días y se realiza en estanques de acero inoxidable a bajas temperaturas (12ºC-14ºC), posteriormente se realiza una segunda fermentación en estanques isobáricos (método Charmat) donde se obtienen la burbujas y el contacto con levaduras es fundamental para la calidad posterior del producto.